Una mano tendida en el camino. La dura realidad ofrece casos de heridos sin empleo ni recursos. Ciudadanos que no pueden pagar una hipoteca ni comprar alimentos y precisan colaboración para cubrir las necesidades básicas. Para ellos nació la Fundación El Buen Samaritano, Ayuda a las Personas en Paro. Se trata de una iniciativa promovida por el obispo de la Diócesis, Esteban Escudero, y que desde el mes de marzo ha atendido a 22 familias en Palencia.
Tal y como se recoge en los estatutos de la Fundación, la finalidad es que a través de Cáritas se atiendan «las demandas de ayuda económica para las personas que se encuentran en situación de desempleo y que carezcan de recursos económicos para satisfacer las necesidades básicas de su vida y de su familia, así como los costes soportados en la adquisición y/o arrendamiento de su vivienda habitual y/o de los gastos accesorios de la misma».
«Cáritas tiene un procedimiento meticuloso de trabajo y cuando llega una persona se le hace una radiografía de cuerpo entero para conocer su situación», explica el responsable de la entidad, Juan José Martínez. «Vimos que, con el aumento de la crisis, aparecían personas que han perdido el trabajo y se encuentran sin recursos, pero que no tienen fuerzas para llamar a Cáritas, lo que denominamos pobres vergonzantes», subraya.
Por ello se decidió crear un espacio en el que atender a estas personas en paro. «Cuando alguien detecta que otro lo está pasando mal y se lo hace saber a Cáritas, inmediatamente se busca un tutor, que suele ser el sacerdote de la parroquia a la que pertenece esa familia. Se hace un informe y se valora», concreta Martínez.
La ayuda puede ser puntual o permanente, siempre teniendo en cuenta que debe diversificarse para atender las necesidades del mayor número de personas y familias que se encuentren en este tipo de situaciones.
Cáritas estudia personalmente cada caso y, por el momento, se han concedido cantidades que varían desde los 200 hasta los 2.000 euros, dependiendo de la situación. Hasta finales del mes de octubre las ayudas otorgadas suman 18.000 euros.
Pero si importante es la labor de Cáritas y de la Fundación, nada sería posible sin los donativos de los samaritanos que llegan a familias que, en un momento determinado, se han visto sin recursos. Personas a título individual, comunidades religiosas y la labor que se desarrolla en las parroquias han permitido disponer de 70.000 euros para estos fines. Gracias a esta iniciativa, varias familias han salido adelante y han retomado su vida.
Esther Marín – lunes, 12 de noviembre de 2012
Tal y como se recoge en los estatutos de la Fundación, la finalidad es que a través de Cáritas se atiendan «las demandas de ayuda económica para las personas que se encuentran en situación de desempleo y que carezcan de recursos económicos para satisfacer las necesidades básicas de su vida y de su familia, así como los costes soportados en la adquisición y/o arrendamiento de su vivienda habitual y/o de los gastos accesorios de la misma».
«Cáritas tiene un procedimiento meticuloso de trabajo y cuando llega una persona se le hace una radiografía de cuerpo entero para conocer su situación», explica el responsable de la entidad, Juan José Martínez. «Vimos que, con el aumento de la crisis, aparecían personas que han perdido el trabajo y se encuentran sin recursos, pero que no tienen fuerzas para llamar a Cáritas, lo que denominamos pobres vergonzantes», subraya.
Por ello se decidió crear un espacio en el que atender a estas personas en paro. «Cuando alguien detecta que otro lo está pasando mal y se lo hace saber a Cáritas, inmediatamente se busca un tutor, que suele ser el sacerdote de la parroquia a la que pertenece esa familia. Se hace un informe y se valora», concreta Martínez.
La ayuda puede ser puntual o permanente, siempre teniendo en cuenta que debe diversificarse para atender las necesidades del mayor número de personas y familias que se encuentren en este tipo de situaciones.
Cáritas estudia personalmente cada caso y, por el momento, se han concedido cantidades que varían desde los 200 hasta los 2.000 euros, dependiendo de la situación. Hasta finales del mes de octubre las ayudas otorgadas suman 18.000 euros.
Pero si importante es la labor de Cáritas y de la Fundación, nada sería posible sin los donativos de los samaritanos que llegan a familias que, en un momento determinado, se han visto sin recursos. Personas a título individual, comunidades religiosas y la labor que se desarrolla en las parroquias han permitido disponer de 70.000 euros para estos fines. Gracias a esta iniciativa, varias familias han salido adelante y han retomado su vida.
FUENTE: diariopalentino.es
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